Policía Nacional y Guardia Civil, profesiones de riesgo

A mí me encanta que la alcaldesa de Jerez, María José García Pelayo apoye la petición al gobierno de España de que se califique a la Policía Nacional y a la Guardia Civil como profesiones de riesgo. Estoy con ella.

PERO me pregunto por qué los gobiernos del PP no lo han hecho cuando han gobernado. O por qué a otros militares, como los que murieron en el accidente del Yakolev en Turquía, lo hicieron totalmente abandonados, especialmente sus familiares.

La coherencia es un mérito que va unida a la capacidad.

Este tipo de marketing político, donde parece que el Gobierno de España son los malos y ella la buena, pues no, no cuela. Un respeto a todas las fuerzas armadas y dejen de utilizarlas para el suyo beneficio político, por favor.

¿Quién tiene preferencia para la UCI, un vacunado o un no vacunado?

Imagen de LuAnn Hunt en Pixabay

No sé en qué momento de la Historia de España, la vacunación dejó de ser obligatoria. En mi infancia, me pusieron vacunas de todos los colores. Algunas de ellas, en el mismo colegio. Recuerdo especialmente, la prueba de Mantoux para la tuberculosis, y como luego te vacunaban, con una postilla que se te quedaba en el hombro, y te daban un papelito con una franja, azul, marrón o roja, que indicaba tu estado de salud. El no tener el papelito creo recordar que podía hacer que no te pudieras matricular en el colegio.

En el servicio militar, más de lo mismo. Como si fuéramos ganado, cientos de reclutas éramos puestos en fila, nos clavaban una aguja en cada brazo y nos iban administrando sabe Dios el qué, porque nunca me enteré de que vacunas nos pusieron. Algunas también nos la pusieron con pistola.

Hoy la vacunación es voluntaria. En una situación de pandemia y alerta sanitaria como estamos pasando con la covid-19, la vacunación se muestra como la única manera de vencer a la enfermedad. Lo estamos viendo en los resultados.

Pero hay un grupo de personas, cercanas a los cuatro millones en España, que por razones en las que no voy a entrar, porque es su libertad, no quieren vacunarse.

Es verdad que te vacunes o no te vacunes, vas a contagiar igual. La diferencia es que si enfermas, si no estás vacunado, la covid-19 se puede convertir en una enfermedad grave, que además, del propio daño en la salud, hace un daño social, en primer lugar a la economía de los países. De hecho, ahora tenemos de nuevo a la hostelería pendiente de un hilo a cuenta del aumento de contagios en fechas cercanas a la navidad. Me pregunto si dentro de un mes no habrán medidas que echen a perder cientos de comidas de navidad y zambombas que son el recurso económico de mucha gente. Espero que no .

Pero lo que más me preocupa y me hace plantearme un dilema, es lo siguiente. Si los no vacunados van enfermando, van a desarrollar la covid-19 de manera grave y necesitarán camas en las UCI’s. Si estos llenan las UCI’s, las personas que tengan un infarto, que necesiten de una operación difícil por cáncer, u otras enfermedades y accidentes urgentes que precisen de cuidados intensivos, se pueden encontrar una UCI repleta. ¿Qué hacemos entonces? ¿Hacemos elegir a los médicos? Y a quién elegimos entonces salvarle la vida ¿a un infartado o a un antivacuna? Dejo la pregunta para que los lectores y lectoras de La Voz del Sur hagan su reflexión. Yo tengo mi propia respuesta, pero no me gusta.

¡Católicos, defiendan públicamente al Papa Francisco!

Me sorprende con la celeridad que cierto sector de la Iglesia Católica es capaz de montar una manifestación popular en Madrid, para protestar por la ley del matrimonio homosexual o del aborto y hoy, que se está atacando públicamente al jefe de la Iglesia Católica (para los católicos, el Vicario de Cristo en la Tierra) se guarde un silencio que llega a ser molesto.

Tampoco los diarios de papel que suelen regalar telas con Niños Jesús para colgar en los balcones o fotos de pasos de Semana Santa, han regalado nada en apoyo del papa Francisco.

Peor aún, en muchos templos, no se encuentra la foto del Papa. Y algunos curas piden por él en misa, porque parece que no tienen más remedio y es obligatorio, pero no son capaces de sacar una lanza en favor de Francisco.

¿Y cuál es el pecado de Francisco, para que se haya ganado de pronto, millones de enemigos, muchos de ellos, dentro de su iglesia? El mismo pecado de Jesús y que le llevó a la cruz: hablar claro, ponerse de parte del pobre y del pecador, en vez de al rico y poderoso.

El mensaje del evangelio escuece en los oídos de muchos que se consideraban católicos y que la iglesia era ‘suya’, como la bandera de España, y se les ha puesto la cara de tristeza como al joven rico que se retiró triste porque las exigencias de Jesús eran muy grandes.

Ser católico, no es fácil. Ser papa y hablar como el cura de tu parroquia, en vez de como un monarca, también vemos que no es fácil.

Francisco es un rayo de luz en esa oscuridad que apagó el Concilio Vaticano II. Si sus pastores no le apoyan ¿cómo nos vamos a fiar de ellos las ovejas?

Animo a los católicos, especialmente a los obispos y sacerdotes, a que sean valientes y defiendan públicamente a Francisco ante los ataques de la ultraderecha. No se puede estar callado ante tanto insulto a Francisco, que no es más que un insulto a toda su Iglesia. Y el que no se sienta dolido por el maltrato al Papa, más vale que se plantee en qué Iglesia quiere estar, porque quizás, la católica, no es la suya.

Cofrade: ¡No matarás!

Juan Pablo II y quien intentó matarle: Alí Agca . Crédito Vatican Media

Tenemos amigos en Facebook, que son amigos de toda la vida y no nos sorprenden sus reacciones porque le conocemos. Tenemos otros ‘amigos’. Los que llama ‘amigos’ facebook y que algunos no hemos visto en la vida. Estos sí nos pueden sorprender, porque solo conocemos lo que ellos nos muestran a través del escaparate de su muro, como hacemos nosotros mismos.

Hace unos días, uno de estos ‘amigos’ de facebook, cofrade, costalero, plantea en su muro algo que está muy de moda: hacer proclamas fascistas como si se estuviera hablando de Messi o del último programa de Got Talent, con toda la naturalidad, como si fuera normal, entendiendo la palabra normal como la entiende la estadística: lo que piensa la mayoría.

Su pregunta fue: ¿Cuándo tendrá España por fin un debate sobre la pena de muerte?

¿Perdón? Se me heló la sangre. No por lo de la pena de muerte. Yo ya sé de gente que es asesina de pensamiento, palabra, y no de obra y omisión porque la ley no les deja. Pero ¿un cristiano, un cofrade? ¿a favor de la pena de muerte? ¿A dónde hemos llegado?

Me pregunto con tristeza que cuando ese costalero saca a su paso en Semana Santa y lleva a una figura de Jesús de Nazaret crucificado o camino del patibulum o juzgado encima de sus hombros, sabe a quién lleva.

¡Pues lleva ni más ni menos que a un condenado a muerte, con una de las penas de muerte más crueles, la cruxifición!

¿Qué le pasa a esta Iglesia de hoy que sus propios cofrades no saben con lo que están tratando? Siempre insisto en lo mismo. La falta de formación cristiana. No todos, por supuesto, pero por desgracia, muchos cofrades solo saben de Jesús que nació en Belén y le olvidan cuando los reyes magos le llevan los regalos. Ni se enteran de lo que habló en el templo. Ni saben que en las sinagogas leyó al profeta Isaías. Ni que fue por los campos y los pueblos predicando el reino de Dios. No han escuchado sus parábolas. No conocen su plan. Ni saben por qué le mataron. Porque ahí es de nuevo cuando recuerdan a Jesús otra vez. Entrado en Jerusalén en una burra. ¿Por qué una burra? ¿Para qué entra? ¿por qué le aclaman? ¿por qué le juzgan? ¿por qué le matan? Ya. Le echarán la culpa a los judíos o a los romanos. O a ambos, porque no saben distinguir qué conflicto había entre judíos y romanos. Solo tienen la imagen de un Jesús torturado, como un toro en una plaza, acribillado a latigazos, en la Cruz. Y a una María, su madre, llorando. Todo el día llorando. No llegaron a conocer a la María del Magnificat. Ni a la María que visitó a Isabel. No saben de dónde vienen las palabras del Ave María cuando lo rezan a ritmo de marcha semana santera.

Se han perdido toda la película. Solo se han quedado con la pena de muerte. Hasta la resurrección la olvidan. Muchas hermandades de llanto y pasión. Una sola de la mayor alegría y la base del cristiano: la resurrección. Que sale un domingo por la mañana y van cuatro gatos, comparada con un viernes santo.

Se quedaron en la pena de muerte y el dolor. Quizás por eso ahora, y en contra de ese Dios que lleven en su espaldas, vean la pena de muerte como algo corriente y natural. Y no.

En la vida hay momentos muy difíciles. Vivimos en un sociedad donde la violencia verbal y anímica crece día a día animada por organizaciones políticas. Pero aunque un asesinato, un hecho violento nos rebele y nos haga pedir venganza, un cristiano, un cofrade, nunca puede pedir la pena de muerte. Ante eso, el cristiano tiene que pararse. Respirar hondo y preguntarse desde el Evangelio de Jesús (de ahí la importación de la formación y el conocimiento) qué haría Jesús ante un asesino. Pues le diría: te perdono y vete y no peques más. La sociedad tiene sus leyes civiles e irá a la cárcel. Y Jesús, le visitaría en la cárcel. Es difícil de hacer, lo sé. Pero en eso se distingue el cristiano. Hasta Juan Pablo II lo hizo con quien quiso matarle, Alí Agca. Así que cofrades, no caigan en tentación aunque os provoquen por un puñado de votos. Siempre en la mente este mandamiento: no matarás.

Insultar a la Virgen

Lo que hay que inventar para poner un titular que llame la atención. Ya que se lea el artículo de opinión es más complicado. No es la primera vez que pasa. Sí, esto de meterse con la Virgen o con Cristo o incluso con Mahoma. Por catetismo religioso, no se llega nadie a meter con Buda o con Brahma, todavía.

Miren, esto es estrategia política. Un simple mercadeo de voto entre izquierdas y derechas sin educación ni tolerancia alguna. Porque son iguales. Sí, son iguales. Por un lado tenemos una cierta izquierda que es tan ignorante que piensa que puede ganar unas elecciones con que solo les voten sus afiliados. Craso error. Sus militantes caben todos en varios autobuses y solo sirven para ser oposición. De hecho, cuando la casualidad parlamentaria les hace entrar en un gobierno, siguen sin gobernar, sino haciendo oposición. Es lo que saben hacer. Una de sus cualidades es tocarle las narices a los católicos, que son millones en España. Que vayan a misa o no vayan, que cumplan el evangelio o no. Pero son católicos al fin y al cabo. Pero esta izquierda ignorante les gusta atacar al clero, pero se equivoca de diana, porque atacan a las creencias, no a la institución y hay gente que con razón, se siente ofendida. Gente, que también es de izquierda. Gente que vota a la izquierda. Una pregunta a Jerez. ¿Ustedes creen que todas las personas que acompañan al Señor de la Salud de la iglesia de San Lucas el miércoles santo en Semana Santa son fachas y fascistas todos? No. Qué equivocados están. Son gente corriente y moliente. Trabajadores que votan izquierda en su gran mayoría. O votaban, porque están muy hartos de que les toquen las narices en sus creencias personales a cambio de nada. ¿Que hay libertad de expresión? Por supuesto. No lo pondo en duda. Y defiendo el derecho a hacerlo. Pero también quiero que la izquierda anticlerical piense qué gana con ello, que me lo diga en votos, cuántos votos ganan, cuántos votos pierden. Porque esas actitudes al final formarán el gobierno de nuestras instituciones.

Por otro lado tenemos otra derecha radical que es más inteligente y se aprovecha de las circunstancias. Está ultraderecha a años luz de lo que es el evangelio. Les importa tres pitos. Nunca les escucharás criticar los casos de pederastia. Incluso les oirás llamar al papa Francisco, comunista e insultarle, porque saben que eso a los católicos no les duele tanto como que insulten a la Virgen.

Ahora viene una señora, como antes han venido otros y se disfraza de Virgen y la monta. Ole ella. Con su libertad de expresión y su poca capacidad para hacerse famosa que ha necesitado montar el numerito, le ha puesto en bandeja a la ultraderecha el papel de defensa de los que que aman a la Virgen.

Resumiendo. ¿A quién votarán en las próximas elecciones la gente que no es militante de ningún partido y es católica? Pues la respuesta ya la saben. La izquierda ignorante, que le hace la campaña gratis a la ultraderecha. Qué futuro nos espera con semejantes políticos de los extremos. Al final tendremos que decir, con la nariz tapada, que ¿el bipartidismo? ¡Unos santos!. Y mientras hablamos de esto, pues no hablamos de la subida de la luz. Vaya paradoja, por asuntos religiosos, el próximo gobierno será el que inventó eso de privatizar empresas públicas. Pero no se meten con la Virgen, que eso es lo que importa.

Libros, librerías y supervivencia.

Fotograma de la película ‘Tienes un email’

He leído con particular interés la entrevista a Nati Montaño que se le ha hecho en La Voz del Sur. Soy un lector empedernido. No le quito ni una coma a todo lo que dice. Es verdad, nadie puede competir con la dedicación de una persona que te atiende en una librería, pero los tiempos han cambiado y no es la primera vez que pregunto en voz alta ¿Cómo van a poder sobrevivir las librerías a estos tiempos?

Tienen muchos enemigos las librerías.

La primera es el libro electrónico. Ya, no pretendan convencerme de las ventajas del libro de papel. Las sé, porque es lo que he leído siempre desde niño. Pero el libro electrónico para mí me soluciona algunas cuestiones

Una, el espacio. Ahora que ando de mudanzas veo la cantidad de libros que tengo, comprados durante toda mi vida ¿Dos mil libros puedo tener? ¡No me caben en mi piso de 60 metros cuadrados! Encima, uno, que es un agonía y no se quiere desprender de ninguno, porque todos le traen recuerdos, se agobia con el espacio.

Otra cuestión, la vista. Puedo agrandar la letra en mi ebook. Parece una tontería pero leer libros con letra pequeña me cuesta y me cansa mucho a pesar de las gafas. Además, puedo leer con la luz apagada. Esto me lleva a un problema.

El precio. El precio del libro electrónico es infinitamente menor que el de papel, especialmente el de tapa dura y grande que yo necesito para leer por el tamaño de la la letra. Un ejemplo. Una novedad, como es ‘Sira’, la segunda parte de ‘El tiempo entre costuras’ de María Dueñas, vale en papel, 22.90 euros. En formato electrónico está a 10.44 euros, una rebaja considerable. Y el precio nos lleva a otro gran problema al que se enfrentan las librerías.

La piratería. La tentación está ahí. ¿Te vas a gastar 23 euros en algo que puedes coger gratis? Eso de ‘coger gratis’ hay que traducirlo por robar. Es verdad que cada vez es más complicado encontrar libros pirateados porque la ley está dando bastante caña, pero la única solución creo que por ahora es lo que han hecho en el cine. Tarifas planas como Netflix o HBO pero en libros. Ya existen. Y eso nos lleva al gran enemigo que aparece en el titular: Amazon y las grandes plataformas de libros, que por 10 euros te llevan a tener al alcance infinitud. Yo caí en la tentación de la piratería hasta que me di cuenta del daño que hace. Pero me di cuenta al sufrirlo en mis propias carnes porque nadie aprende en cabeza ajena. Hace poco veía el libro de un amigo, una novela, que le ha costado sangre, sudor y lágrimas publicarla en Amazon por el tema de las editoriales, que lo dejo para la columna siguiente, colgado en una web pirata. Qué injusto. Ese amigo mío vive solo de lo que escribe. Es robarle su sueldo. Su pan. No es justo. Y el pan de la librería que no va a vender el libro. Yo que estoy a punto de publicar una novela, pues me encuentro con que me va a salir más caro el collar que el perro.

Leo con tristeza la entrevista porque es verdad que una ciudad sin librerías, sin que puedas mirar sus escaparates, es una ciudad muerta y aburrida, como son las personas que no leen, unos muertos y unos aburridos. Se les nota mucho cuando escriben en las redes sociales. Y sigo preguntándome ¿Cómo sobrevivirán? Tal vez tengamos que comprar libros en las librerías para salvarles. Aunque sea para regalarlos, ya que regalar un libro siempre es elegante. Porque yo, que ya voy con el electrónico, no quiero que se pierdan. Qué difïcil. Y todo no tiene final feliz como la historia del librero grande enamorado de la librera chica, a la que le destrozó el negocio y al final, triunfó el amor, en la película ‘Tienes un email’. Aquí, al final, triunfa Amazon. Y todos somos culpables, yo el primero.

ORGULLO LGTBIQA+

Soy de la generación de los años 60. Me di cuenta de que algo iba en mí distinto a los demás a los doce o trece años. Allá por 1978. Entonces no había gays en España. A lo mínimo y con cariño eras mariquita. A lo peor, eras maricón. En Televisión Española, la única televisión de entonces, triunfaban los chistes de mariquitas que hacían Pepe Da Rosa, Andrés Pajares o la Esmeralda de Triana. Yo, que era un niño, veía lo que me esperaba. Ser el cachondeo de todos. Pero la adolescencia me enseñó que todo iba a ser más difícil. Así que la solución era la que hacíamos casi todos: meterse en el armario y protegerte.

Hoy con 55 años, me da igual como me llamen. Tengo suerte de vivir en una época en que los derechos de los gays han avanzando muchísimo, gracias a la lucha que el movimiento de gays, lesbianas y sobre todo, transexuales, hicieron durante la transición, en muchos casos, corriendo delante de los grises. Unos derechos, que como ven, no venían regalados en las tapas de los yogures. Unos derechos que hay que luchar todos los días porque tenemos gente, como en Hungría, Polonia o España que nos los quieren quitar y volvernos a encerrar en un armario. O en la cárcel, si pudieran.

Pero me he quedado antiguo. Yo pasé de ser mariquita y maricón, a ser gay. Era una manera, inglesa, de decir lo que eres sin que te ofendan. En agradecimiento y para conocer también gente, me integré en los movimientos LGTBI. O sea, lesbianas, gays, transexuales o bisexuales. Que aunque no somos iguales, especialmente, las personas transexuales, si coincidíamos en muchas cosas como era pedir la igualdad de nuestros derechos civiles.

Pero cada vez tenemos más letras y yo, a estas alturas, voy a tener que hacer un curso para enterarme de qué va esto. Mi colectivo parece el nombre de una operadora de televisión y esa + me preocupa mucho. Puedo entender la Q de Queer, por supuesto. Pero la A de asexual… ¿Qué tiene que ver una persona que no quiere relaciones sexuales con nuestro colectivo? Y como digo esa +… la ultraderecha con sorna, nos acusa de que en esa + se quieren meter los pederastas, los zoofílicos y demás de las variedades de la sexualidad humana. Unas lícitas, otras no.

¿Tenemos que aguantar eso? Esa +, insisto, me preocupa mucho. Y me aleja del sentimiento de pertenencia a grupo que siempre he tenido con el colectivo LGTB, que así era cuando yo lo conocí.

Para más INRI es que ahora tampoco a los líderes del movimiento les entiendo. Parece que hablan en chino. Les pasa como a las líderes feministas. Hablan en una jerga que sólo se entienden entre ellos y ellas o quien tengan un grado en psicología o en antropología.

Císgénero, heterenormalidad, pansexualidad, antrosexualidad, transgénero, polisexual, demisexual… por favor ¿ustedes entienden algo? Me siento como un gay cateto no titulado. Me he perdido. No entiendo nada. Y si no lo entiendo yo que soy gay ¿qué entiende la gente heterosexual, que tiene su voto necesario para cambiar las leyes?

De veras, creo que hemos perdido la cabeza un poquito. Por perder, hemos perdido hasta la bandera arcoiris, que por lo visto, como en en la ilustración de esta columna, ya no nos representa a todos. A todas . A todes. Deprimente.

Eres un español de bien

Os cuento por qué cambié de manera de pensar con la crisis catalana burguesa. Yo pensaba entonces que el independentismo catalán tenía derecho a un referéndum y tal. Tenía amigos, o eso pensaba yo, que eran amigos, independentistas. Pero cuando el parlamento catalán declaró la independencia, para luego quitarla a los cinco minutos, y se formó la que se formó, yo dije que no estaba de acuerdo. Porque pienso, que estamos en un Estado de Derecho, y que las leyes están para cumplirlas. Y si no nos gustan, pues se votan y se cambian, pero cumpliendo la ley siempre. Se puede estar de acuerdo o no. PERO ES MI OPINIÓN. Tan respetable como otra.

Pues a mi amigo eso no le gustó. Se enfadó y me insultó. ¿Saben que insulto utilizó para herirme? Me dijo: ‘te has convertido en un español de bien‘. Obviamente, soy de Jerez y soy español. No soy de Transilvania. Ni de Canadá. Ni de las Islas Salomón. Soy español. Andaluz. Gaditano. Pero ¿despreciarme a mí por ser español? Pues no. Y no soy yo del que va enarbolando su españolismo por el mundo. Es más, creo como canta la Internacional (¿en qué momento se nos olvidó a la izquierda cantarla?), el género humano es la Internacional. Pero oye, me tocó la fibra. A mí nadie me puede insultar llamándome español, porque no tengo porque avergonzarme por serlo. Al igual que me siento igual de bien por ser andaluz. Y eso me hizo cambiar el chip. No puedo apoyar a nadie que insulta a otro por no ser ‘de su país’. Si algo he aprendido con toda la astronomía que he estudiado es que el mundo es redondo y no tiene fronteras. Que las líneas solo son inventos políticos. Pues eso. El pretender insultarme llamándome español me cambió la conciencia. Perdí un amigo, pero me doy cuenta de que no perdí gran cosa, porque gané mucho más.

Lo que más me duele, es que este sentimiento, el de ser español o ser andaluz, o ser de donde fuere, sea utilizado por los unos y los otros para enfrentarnos y dividirnos. Por eso yo, nunca iré a una manifestación a Madrid o Barcelona.

SIN INMIGRANTES NO HABRÁ PENSIONES EN ESPAÑA

https://www.ine.es/covid/piramides.htm

Mirando la pirámide de población de España no puede uno sino sentir un ataque de pánico. Imagine usted una pirámide como las de Egipcio pero puesta al revés. En el suelo, la punta de la pirámide. Y la base, arriba del todo. No duraría ni un segundo de pie. Se caería y se aplastaría. 

Esto es lo que le va a pasar a España si no lo remediamos. Una pirámide poblacional representa a la población de España en tramos por edades. Lo ideal es que hubiera mucha más persona joven y de edad media, que personas mayores. Así se podrían pagar las pensiones con más facilidad, porque parece que de los ahorros de la caja de pensiones queda ya poco por tirar. 

España no tiene nada que ver con esta pirámide ideal. Peor aún, dentro de no mucho, estará al revés, con mucha gente en la punta y muy poca en la base. No habrá gente joven para mantener a las personas mayores.

Si miran el gráfico, el gran grueso de la población española, somos (porque yo estoy entre ella) los que nacimos entre los años 60 y  70. Las personas que tenemos entre 50 y 44 años, somos las más numerosas, en concreto, 44 años. El problema está en que no nacen niños ni niñas y la población envejece y no se regenera. 

Por eso, es vital para España la llegada de población inmigrante que pueda trabajar y cotizar para pagar las pensiones de toda esta población que nos queda diez o doce años para jubilarnos. ¿Por qué creen sino que los políticos nos retardan la edad de jubilación y a este paso, yo que hoy me voy a jubilar con 67 años me veo con 70 trabajando? Por eso que les cuento.

Parece mentira, que estando la solución en la población extranjera que venga a España, haya partidos que se dediquen a querer expulsarlos y blindar las fronteras. Estos partidos racistas y xenófobos nos están poniendo un futuro muy oscuro para los futuros pensionistas españoles. Y el alargar la edad de jubilación hará que muchos ancianos estén ocupando puestos que deberían ser para la gente joven. Cuidado.

¿Te acuerdas del Servicio Militar?

El autor de esta columna, a la derecha, con dos compañeros, de maniobras en el Campo de Tiro de Médano del Loro, en Huelva, en 1984.

Este 2021 se cumplirán 20 años de la desaparición del servicio militar obligatorio en España. Parece mentira, pero fuera un gobierno de derechas, el de José María Aznar con apoyo de los independentistas catalanes de Jordi Pujol, el que sacó esa medida, ansiada por muchísimos jóvenes españoles que le proporcionó la simpatía de la juventud y miles de votos. 

El servicio militar marcó la vida de muchos españoles que pasamos, como quien escribe, por el servicio al país con las armas. Pero las españolas también pasaron su ‘mili’: madres separadas de sus hijos y novias que tuvieron que esperar pacientemente a la vuelta de su prometido.

Pero no solo influía en lo personal, porque tenía una marcada influencia en la sociedad. La presencia de los cuarteles en las ciudades, como Jerez, movía la economía de los soldados ávidos de buscar comida en los bares, llenar los cines, los bares y las discotecas del centro y el alquiler de pisos para pasar el fin de semana. Muchos trabajadores autónomos se convirtieron en proveedores de las amplias necesidades que tenía un cuartel. En definitiva, tener un cuartel en la ciudad era un motor económico.

Pero eso no lo entendíamos los que hacíamos el servicio militar, que estábamos deseando de coger la ‘blanca’, la cartilla militar, para licenciarnos y volver a ser civiles. 

No todo eran ventajas en la mili. Muchos perdieron sus puestos de trabajo, muchas familias se veían obligadas a vivir con un sueldo menos, si no el único y muchos, por desgracia, morían en accidentes militares y también hay que decirlos, por suicidio.

Pero la mente es débil y sólo recordamos lo bueno. Lo malo, se olvida pronto. 

Hoy, con nuestro facebook en el bolsillo, en los grupos de la mili los hombres maduritos recordamos los tiempos aquellos como algo glorioso y que muchos añoran con el deseo de que vuelva otra vez el servicio militar. Dicen, estos nostálgicos, que la juventud española necesita educación y respeto y que deben tener una buena mili para que se espabilen.

Se equivocan y lo saben. En la mili no te educaban, te enseñaban la vida militar. Educado se venía de casa. Y si eras un maleducado, pasarías mucho tiempo en el calabozo, y te licenciarías, siendo lo que eras, un maleducado. La vida diaria ha demostrado también que un ejército profesional es mucho más eficaz que una panda de reclutas novatos, que éramos un auténtico peligro con un arma en la mano. 

Corren también ahora tiempos curiosos, donde lo militar se está poniendo de moda, por cierto partido de tinte fascista que cree que utilizando los símbolos nacionales y al mismo ejército puede tocarnos nuestro corazoncito patriota, que todos los tenemos porque como monos desnudos que somos, nos encanta formar parte del grupo y seguir al jefe de la manada, para pescar votos en ríos revueltos. Tiempos curiosos donde vemos como el presunto líder de la manada, canta himnos militares, se viste con camisetas del ejército y adopta una cómica postura de marcialidad en sus gestos y luego nos enteramos que hizo malabares con las prórrogas de estudio para no hacer la mili. Una situación ridícula que nos parece hasta ofensiva a los militares profesionales de hoy y a los que fuimos militares en su día, también.