El porqué no volveré a comprar más en Leroy Merlín en #Jerez

Aplique LED cuarto de Baño Leroy Merlín Jerez

Resulta que en julio arreglé mi cuarto de baño y compré en Leroy Merlín de Jerez un mueble alto, otro mueble con el lavabo, un espejo y un aplique con una luz LED, que es el que veis en la foto. Me gasté una pasta, sesenta euros. Como no estoy muy puesto en esto de los LED, le pregunté a la empleada si eso duraba mucho, por el tema de cambiarlo y tal, a lo que me dijo que eso duraba uh muchísimo, años y años. Pues vale, yo que de estas cosas sé lo mismo que de fútbol, me lo creí, porque además he creído – hasta ahora – en una marca reconocido como es – era para mí – Leroy Merlín.

El caso es que como pasó el tiempo, pues – error mío – tiramos el ticket en casa, el ticket del aplique LED, pensando que como duraba tanto y además era de Leroy Merlín, que no haría falta.

Pues sí hizo falta. A principios de diciembre, plom, el led se funde. Y sin ticket.

Voy a Leroy Merlín y les cuento lo que me ha pasado. Me dicen como esperaba que sin ticket no hay nada que hacer. Imposible, tanto como la muerte de una persona. Irremediable. Más fácil mandar la Curiosity a Marte, que hacer una reclamación sin ticket en Leroy Merlín Jerez. Yo, que sé que no tener el ticket es un error que cometí por mi cofianza ciega en Leroy Merlín, les aporto mi tarjeta bancaria y el extracto bancario de la operación. Tampoco sirve. Me dijo la empleada que ellos no registran las compras, a lo que le pregunto que si el Ministerio de Hacienda les pide los datos de las operaciones de los últimos años que qué hacen. No me contesta. Tampoco tiene por qué contestarme a eso, que también es verdad.

Así que pongo una reclamación, a la que me contestan, que sin ticket nada. Pues bien. Lo acepto. Son las normas de Leroy Merlín. Pues eso es lo que hay. Todo muy legal Pero, desde mi visión como comunicador, todo muy torpe.

¿Por qué? Porque han conseguido que yo no vaya a comprar más a Leroy Merlín, porque no son el único establecimiento que vende estos productos. Una de las pocas cosas buenas que tiene el maldito sistema capitalista que tanta pobreza engendra: la competencia. Así, que la parte de publicidad que gastan en mí, ya se la pueden ir ahorrando. Papel de publicidad que entre en el buzón de casa de Leroy Merlín – por cierto, sin permiso – irá directamente al contenedor azul de reciclaje.

Y no pienso comprar más porque si yo me llego a oler que el producto que estaba comprando es de tan mala calidad como ha demostrado ser, me lo compro en el bazar chino que tengo en la calle donde vivo. Por confiar en la marca, me la han dado pero bien.

Pero lo peor de todo es la sensación de que cómo cliente le importas nada. Ni el más mínimo esfuerzo en comprenderte, en oírte, en darte una solución. Te venden el producto y ahí acaba la relación contigo. Adiós muy buenas. 

En otros comercios, como El Corte Inglés, sin ticket he sido atendido. Porque las cosas cuando se quieren hacer se hacen. Pero en Leroy Merlín no he encontrado voluntad.

Y por último, la torpeza comunicativa más grande. ¿No saben los responsables de Leroy Merlín que hoy una queja llega a todos lados? ¿Para qué invertir en publicidad si luego entras en twitter, facebook o google, buscas información y te encuentras lo que te encuentras? ¿saben ellos lo que es cuidar la marca?

No voy a ser yo quien les dé pistas para que no cometan estos errores, porque ya Leroy Merlín no existe para mí en mi oferta de proveedores para mi casa.